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Capítulo 3. Accionar

Este Capítulo pretende dar cuenta de las estrategias e intencionalidades del accionar utilizado por las estructuras paramilitares “Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá” (ACCU), “Bloque Elmer Cárdenas” (BEC), “Bloque Bananero” (BB) y “Bloque Héroes de Tolová” (BHT) en las subregiones del Urabá Antioqueño, Sur de Córdoba, Bajo Atrato y el Darién, tomando como referente las etapas de incursión, expansión y consolidación territorial, la relación con las comunidades asentadas en las zonas de injerencia, el tipo de mecanismos de terror empleados y la lógica a partir de la cual fueron utilizados. Para alcanzar tal finalidad se propone, en primer lugar, tratar sobre las acciones bélicas y operaciones militares. En un segundo momento dar cuenta de  las modalidades de violencia utilizadas [1994-2006] En tercera medida se centrará la atención en las principales acciones victimizantes realizadas por los grupos paramilitares contra actores políticos, sujetos colectivos y comunidades étnicas. Y por último se abordará las acciones de control, regulación y búsqueda de legitimación en el desarrollo de la guerra paramilitar [1994-2006].

Con una capacidad militar y organizativa creciente, las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá lograron consolidar una estructura capaz de disputar territorialmente con las FARC-EP la presencia y el control de los espacios abandonados por el EPL tras la desmovilización en marzo de 1991. La estrategia utilizada para los combates consistía en el posicionamiento de escuadras de combatientes que tenían funciones y lugares específicos para cercar a la guerrilla y aniquilarla. En los relatos del mecanismo se insiste en la idea de que la acción de las ACCU no habría sido posible sin el apoyo de la Fuerza Pública, sea por participación directa, por acompañamiento logístico o por omisión en las acciones de control, teniendo en cuenta que la capacidad militar de las Autodefensas, aunque se encontraba en un punto creciente era incapaz, por sí sola, de combatir a la guerrilla. Así, el perfil bélico de las ACCU estuvo definido por el desarrollo de acciones de rompimiento en zonas de influencia guerrillera realizadas con el apoyo de la Fuerza Pública y la construcción de redes operativas de inteligencia y logística como fueron las CONVIVIR que les facilitó la realización de golpes contundentes contra la insurgencia.

El nivel de confrontación y de acciones de victimización o repertorios de violencias se diferenciaban de acuerdo a la consolidación de su presencia y dominio territorial.

La acción militar con mayor trascendencia en la etapa de operaciones de las ACCU estuvo a cargo del grupo la 70, en febrero de 1997. La “operación Cacarica” tenía el objetivo de asestar golpes contra la guerrilla de las FARC-EP, la acción se desarrolló simultáneamente con el Ejército que adelantaba, por su parte, la operación Génesis. (Relato operación Génesis.docx). Una de las operaciones bélicas realizadas por el BEC más nombradas fue la Toma a Dabeiba – Antioquia, en diciembre de 2001. Por el tipo de acción, el combate terminó desarrollándose entre las calles de la cabecera municipal, y terminó generando un gran desplazamiento en la zona. La Toma de Dabeiba tenía la intención de generar control efectivo sobre la región, ganarle lugar a la insurgencia y consolidar la presencia militar del Bloque. (Relato toma de Dabeiba.docx). Otro combate que marcó con sangre y dolor a toda la región fue la denominada “operación Tormenta del Atrato” lanzada por el Bloque Elmer Cárdenas en el año 2002, desencadena la Masacre de Bojayá, dejando más de 100 personas muertas entre niños y adultos. Tuvo como objetivo lograr el dominio y control total de las cuencas baja y media del Atrato; además buscó consolidar al río como una ruta o arteria del Narcotráfico. (Relato Operación Tormenta del Atrato.docx)

Con la aparición del paramilitarismo y su proceso de consolidación se evidencia también las dinámicas de diferentes tipos de violencia contra la población civil, así como en el aumento significativo de los desplazamientos forzados, desapariciones, masacres, homicidios, torturas, secuestros, el reclutamiento forzado de niñas, niños y adolescentes y  de apropiación y destrucción de bienes de las comunidades de los municipios ubicados en las subregiones objeto de análisis de este informe, tal y como se evidencia en las siguientes cifras:

De acuerdo con el registro de información de la base de datos de DDHH, se cometieron entre 1994 y 2006 un total 2.001 violaciones de derechos, siendo el “homicidio” el más cometido por estas estructuras paramilitares seguido de las amenazas y la desaparición forzada.  Antioquia es el departamento con mayor número de casos registrados con un total de 961, le sigue Chocó con 588 y Córdoba con 119. Durante este periodo, se ejecutaron 92 masacres, cada una de estas tuvo un objetivo distinto y requieren de un análisis diferenciado.  De estas 92 masacres referenciamos en los mapas un total de 56. (Ver mapa 1 y 2)

A continuación se describen sucintamente las masacres que representaron más impacto e importancia para el posicionamiento y expansión del paramilitarismo en las subregiones objeto de este.

El Aracatazo (ACCU-1995 – Chigorodó):

Según algunos relatos de los desmovilizados y postulados de Justicia y Paz la masacre del Aracatazo fue ejecutada por un grupo especial proveniente de la 35. Este grupo entró al establecimiento conocido como el Aracatazo, ubicado en el Barrio el Bosque del municipio de Chigorodó y atacó a todas las personas que estaban en el establecimiento.

El Golazo (BB – 1996 – Apartadó):

Esta masacre tenía el objetivo de posicionar el ingreso del Bloque bananero y golpear a un grupo de milicianos bolivarianos de las FARC que supuestamente realizarían una reunión en este billar. Esta masacre tuvo un alto impacto social porque las víctimas cubrían todos los rangos de edad. Todo esto en complacencia de la fuerza pública, quienes eran conocedores de lo que iba a pasar y no hicieron nada para evitarlo.

Masacre de Saiza, Naín, Guadual, Baltazar y la resbalosa – “Operación Rastrillo (Grupo Especial, 1999):

Esta Masacre llevaba como uno de los objetivos desplazar a la guerrilla de toda la zona hasta llegar a la base del Bloque José María Córdoba de las FARC y para eso había que limpiar la zona de todo indicio de grupos de guerrilla. La orden era asesinar a toda persona hombre o mujer mayores de siete años y menores de 60. Después de asesinar a las personas prendieron fuego a las casas del corregimiento de Saiza.

La Horqueta (1997, BEC – Tocaima, Cundinamarca):

El 21 de noviembre de 1997, en el caserío denominado La Horqueta, en el municipio de Tocaima, asesinaron a 14 campesinos. Hicieron registro en cada una de las casas, sacaron los campesinos y los torturaron para luego matarlos. Entre los asesinados dos (2) eran menores de edad quienes fueron cruelmente torturados. A raíz de estos hechos se desplazaron forzosamente cerca de 200 personas hacia Bogotá y municipios cercanos.

San José de Apartadó (BHT – 2005 – Apartadó):

En el 2005, un grupo de paramilitares pertenecientes al Bloque Héroes de Tolová ingresaron a Mulatos Medios y La Resbalosa, asesinando a ocho personas, entre ellos cuatro menores de edad, tres mujeres, dos niños.

Ahora, frente a los repertorios de violencia en el marco del conflicto armado, se puede decir que el tipo de violencia más invisibilizada es la violencia sexual. Estas violencias han sido ejercidas indistintamente del actor armado y ha tenido como objetivo principal la destrucción, posesión y transformación del cuerpo. Quienes han sufrido en mayor medida las consecuencias de esta violencia son las mujeres y las comunidades LGBTIQ. En lo que tiene que ver con la región de Urabá, se logró identificar que los paramilitares adelantaron un proceso de exterminio contra la comunidad LGBTIQ. Relato violación sexual.docx

Con el fenómeno expansionista de las estructuras paramilitares llega la disputa por el territorio por los distintos actores armados que hacen presencia en la zona y la tierra fue convertida en botín de guerra dejando por consiguiente un despoblamiento de la zona por parte de campesinos, parceleros, comunidades indígenas y afrodescendientes a causa de la gran cantidad de acciones de victimización hasta llegar a la práctica de las mal llamadas “limpiezas sociales” contra las comunidades LGTBI, prostitutas, viciosos, ladrones, por ser, según ellos, personas indeseables para la comunidad, pero también eran indeseables organizaciones  sociales y políticas como fue el caso de organizaciones sindicales las cuales perdieron muchos de sus dirigentes como también el exterminio de organizaciones y partidos políticos como fue el caso de la UP. Y otro resto de militantes de otros partidos políticos de izquierda. Todas estas acciones de victimización y repertorios de violencia no solo sucedían al exterior de las estructuras paramilitares sino que las aplicaban al interior de sus propias filas durante sus entrenamientos y en la vida cotidiana.

Luego de pasar las fases de rompimiento de zona, incursión y expansión viene una fase de control, regulación y de búsqueda de legitimidad ante las comunidades, todo esto en el marco de la consolidación y dominio territorial. Las acciones se refieren a un conjunto de prácticas que median la relación entre los grupos armados y la población civil, propias de los actores violentos en su afán por obtener o fortalecer un poder de autoridad y dominio, ejerciendo varias modalidades de control y regulación para sostener su dominio territorial.

A manera de conclusión podemos decir que, el posicionamiento y fortalecimiento del proyecto paramilitar en estas subregiones fue posible gracias a las alianzas y acuerdos entre los grupos paramilitares ya presentes en otras regiones del país, el Estado y los empresarios, un proceso que logra no solo el sometimiento de veredas, corregimientos y municipios por la vía militar, del terror, la muerte, el desplazamiento y la desaparición forzada, sino también influenciar y determinar la política regional y la vida social a través de proyectos políticos y organizaciones sociales y económicas que permitieron mantener un control y regulación de las actividades sociales y económicas de la población y de los Entes territoriales. Estas subregiones de análisis ha contado con la presencia de importantes movimientos sociales y políticos que han materializado acciones de gran impacto en las luchas por sus derechos por el trabajo y la tierra fundamentalmente dando origen a fuertes organizaciones sociales, gremiales y políticas e incluso organizaciones armadas insurgentes como las FARC, el EPL, el ELN, quienes disputaron su dominio territorial e influencia política y social entre las comunidades, a esta presencia se suman las CONVIVIR que sirven de bastión para la expansión del proyecto paramilitar en estas regiones y posteriormente a otros lugares de Antioquia y del país.

Galería de imágenes

Mapas de las principales bases militares y masacres cometidas en el territorio entre 1994-2006.

Fuente: Procesado por el CNMH a partir de la información recolectada en el mecanismo no judicial de contribución a la verdad

Elaboración propia DAV-CNMH a partir del procesamiento de información primaria y secundaria.
Elaboración propia DAV-CNMH a partir del procesamiento de información primaria y secundaria.

Entre 1994 y 2006 las ACCU-CC y las estructuras paramilitares que se desprendieron de esta,  implementaron en el Sur de Córdoba y el Norte del Urabá una estrategia de rompimiento e incursión sobre los territorios en su afán de expandirse y tomar dominio del Urabá Antioqueño y luego del Bajo Atrato y el Darién, a partir de la cual se consolidaron diferentes puntos estratégicos para facilitar su avanzada territorial, los cuales se referencian en el Mapa No 1. 

El primer punto de comando de la operación de rompimiento de territorios fue la finca “las Tangas” ubicada en inmediaciones del municipio de Valencia, Córdoba, siendo este el escenario desde donde se planearon y ejecutaron las acciones violentas cometidas en el sur de córdoba y el cerco del territorio.

Elaboración propia DAV-CNMH a partir del procesamiento de información primaria y secundaria.
Elaboración propia DAV-CNMH a partir del procesamiento de información primaria y secundaria.

Las ACCU-CC Instalan su principal base Militar y puesto en la finca “La 35” y simultáneamente montan el Escuela de Entrenamiento Acuarela “ECA” en el Tomate, corregimiento de San Pedro de Urabá, donde fue perpetrada una de las primeras masacres y desplazamiento forzado de gran cantidad de familias. Igualmente incursionan a San Pablo Tulapa, corregimiento de Turbo, ubicado en la parte alta de la región de Tulapa, conocida como escenario estratégico de todos los actores armados que han operado en el Urabá Antioqueño. Después de expandirse y tomar posiciones en esta zona, amplían su dominio al Municipio de Necoclí, instalando sus bases militares en los corregimientos del Totumo, Pueblo Nuevo, Mello Villavicencio, y en el corregimiento de las Platas de San Pedro de Urabá y las escuelas de entrenamiento del Parque y el Roble en el Municipio de Necoclí, lo que permite ampliar su expansión al municipio de Turbo. Allí instalaron sus bases de operación y entrenamiento en el corregimiento de Nueva Antioquia.

Gracias a la información recolectada por el mecanismo no judicial se identificó que a través del pago a civiles y los patrullajes militares en las zonas de influencia, el ingreso de los grupos de combatientes fue más fácil y más efectivo el rompimiento de zona. Además, la instalación de la escuela “La 35” en San Pedro de Urabá les permitió especializar combatientes para la conformación inicial de grupos de contraguerrillas encargados de realizar los patrullajes por las zonas en donde era probable que se presentaran choques con la guerrilla, constituyendo una suerte de anillos de seguridad. La red urbana de inteligencia, los patrullajes constantes, la especialización de contraguerrillas y el posicionamiento territorial de la estructura, les permitió adelantar procesos de rompimiento, que consistía en incursionar en zonas de influencia de la guerrilla a través del ataque sistemático contra la población

A partir de la consulta de fuentes primarias y secundarias se identificó la comisión de varias masacres, en dos periodos. En los mapas 3 y 4 se detallan las masacres cometidas por estructura paramilitar responsable.

Elaboración propia DAV-CNMH a partir del procesamiento de información primaria y secundaria.
Elaboración propia DAV-CNMH a partir del procesamiento de información primaria y secundaria.
Elaboración propia DAV-CNMH a partir del procesamiento de información primaria y secundaria.
Elaboración propia DAV-CNMH a partir del procesamiento de información primaria y secundaria.