Vincularse a las fuerzas militares ha sido para muchos colombianos la única alternativa para obtener un sustento económico. Carlos, miembro del pueblo Zenú, no fue la excepción.
A pesar de las constantes peticiones de su madre, para que continuara con su tradición, a los 18 años Carlos huyó de su casa y se vinculó a las fuerzas militares. Una decisión que buscaba cambiar la vida económica de su familia, pero lo llevaría a perder una de sus extremidades y a no poder volver a su tierra.
Su historia y la de Diana, su esposa, es un clamor por la búsqueda de la paz y la no repetición. Escúchala a un clic de distancia.
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