• una historia dulce sobre cañaveral •

El 15 de julio de 1994, Cañaveral, corregimiento de Turbaco, entró en la historia de la paz en Colombia cuando el Frente Francisco Garnica del Ejército Popular de Liberación (EPL) hizo entrega de sus armas en la cancha del corregimiento. Ese día, Cañaveral fue noticia nacional y hoy les queremos contar esta historia poco conocida, desde la mirada de los jóvenes del pueblo.

• Parte 1 •

Descubrimientos

Eran las 5:00 p. m., un viernes de 2021, en la Institución Educativa de Cañaveral Sede Primaria, la cual se ubica en Cañaveral, corregimiento de Turbaco, Bolívar.
Profesora: Bueno, niños y niñas, recuerden la tarea: busquen toda la información que puedan sobre Cañaveral, ¿por qué se llama así?, ¿cuándo fue fundado?, todo lo que puedan. Esto es para el lunes.

Profesora:
No olviden que esta
tarea es muy
importante para
pasar el año.

José:
Menos mal ya se acabó la clase.
Vamos a la sala de internet del pueblo
a grabar la última canción, la próxima
sí nos quedamos jugando fútbol.

Breiner:
Sí, me parece bien, pero vamos por la otra calle ‘man’, para no pasar por mi casa. Ajá, ya tú sabes que enseguida me guardan.

Breiner:
Vamos a la sala de internet en la calle
Los Olivos, esa tiene los mejores programas
para mezclar música y tú sabes que allá
nos fían las horas de internet.

Andre, hola,
habilítanos un computador rápido
antes que se nos olvide la canción
que queremos grabar.

Paula:
¡Breiner! Yo sabía que te iba a encontrar acá. Me mandaron a buscarte porque te dejaron una tarea sobre la historia de Cañaveral y, como eres de descuidado, seguro la dejas pal domingo a última hora y nos toca a todos correr con eso.

Paula, la hermana de Breiner, se sienta junto con los dos jóvenes, quienes no tienen más remedio que abandonar la idea de grabar su canción y empezar a buscar en internet sobre la historia de Cañaveral.

En su búsqueda, encuentran que en 1994 hubo un proceso de desmovilización en el corregimiento, pero no hay mucha información. De igual manera, sorprendidos los dos jóvenes, ven que algunas notas hablan sobre los «trapiches», artefactos para procesar la caña, los cuales ya no se encuentran muchos en el corregimiento. Extrañados, deciden averiguar más y Paula los lleva donde la señora Ana Zambrano, el señor Clemenso Martínez, don Fermín Rodríguez y Rufino Vega, personas mayores de la comunidad que los pueden ayudar a resolver sus dudas sobre estas noticias que encontraron y así conocer más sobre su corregimiento.

• Parte 2 •

Memorias invisibles

Paula:
‘Seño’ Ana, buenas tardes. Muchas gracias por querer hablar con nosotros. Usted es muy importante para esta comunidad y queremos preguntarle sobre unas noticias que descubrimos acerca del corregimiento.

‘Seño’ Ana:
Ajá ‘pelaos’, yo amo este pueblo, su agricultura, la caña, el bollo… mejor dicho, todo lo de acá. Esto es muy sano, así que, en todo lo que pueda ayudar, siempre estoy dispuesta.

Muchas gracias ‘seño’ Ana. Estamos haciendo una tarea sobre la historia de Cañaveral y queremos que usted nos cuente varias cosas.

‘Seño’ Ana:
¡Claro! Si yo les contara, por ejemplo, sobre los trapiches…

Breiner: ¿Los trapiches?

José: Sí, queremos que nos cuente sobre ellos, por favor, no los conocemos.

‘Seño’ Ana:
¡Ay, estos pelaos de ahora! En los trapiches se hacía panela, melcocha, guarapo, batido, se cortaba la caña. Era una fuente de trabajo muy importante en la región. Sin embargo, poco a poco los trapiches fueron abandonados porque las familias fueron desplazadas de sus fincas por la violencia.

Breiner:
¿Qué pasó? ¿qué fue eso de la violencia, ‘seño’ Ana?

José:
Encontramos pocas cosas sobre el proceso de desmovilización.

Hubo una desmovilización de un grupo guerrillero. La entrega de armas se hizo en la cancha de sófbol en 1994.
Luego de esto, en el pueblo empezaron a aparecer personas muertas. Llegaron grupos armados ilegales, no sabemos por qué. Era muy feo, algunas personas quedamos prisioneras en nuestras propias casas por el miedo a salir. Nosotros perdimos a un familiar… lo asesinaron. A otros los desplazaron. Ojalá esa violencia no se vuelva a vivir.

Vean, tengo estos recortes de prensa sobre el proceso de desmovilización y una parte del acuerdo de paz que conservo como recuerdo.

Paula:
Muchas gracias, ‘seño’ Ana, por contarnos estas dos historias que no conocíamos.
Estos documentos son muy importantes y su memoria es muy valiosa.
Lastimosamente, ya se hace tarde y debo llevar a estos ‘pelaos’ a la casa. Mañana los voy a llevar a recorrer los trapiches que aún quedan en el corregimiento. Es importante que conozcamos bien esa historia del pueblo y por qué algunos de los trapiches fueron abandonados por el desplazamiento forzado.

Algunos pobladores de Cañaveral, en entrevistas con los líderes de la iniciativa de memoria, indican que existían más de 80 trapiches en todo el territorio, pero, por diferentes causas, entre ellas el abandono a raíz del desplazamiento, algunos fueron descuidados o puestos en venta por sus propietarios. Actualmente, en Cañaveral existen cuatro que se niegan a su desaparición. Allí aún se hacen productos a base de caña y se recuerda, entre conversaciones y dulces recuerdos, la historia de Cañaveral.

• Parte 3 •

Dulce memoria

8:00 a. m. del día siguiente, en calles de Cañaveral…

Paula le dice a José y Breiner:
Bueno ‘pelaos’, vamos a salir del pueblo, vamos a caminar por las veredas para conocer los últimos trapiches de Cañaveral.

Breiner y José
Estas carreteras deben tener más huecos y barro que caminar sobre la luna.

Paula:
Vean ‘pelaos’, allá está la finca pa’ donde vamos. Es una de las que aún tiene trapiches.

Paula:
Buenas, buenas. Queremos hablar con el señor Jesús. Nos dicen que acá encontramos uno de los últimos trapiches que hay en Cañaveral.

Señor Jesús:
Sí claro, niña, soy yo.

Tengo 71 años y nací en esta tierra que tanto amo. Aquí me crie y siempre he sido de Cañaveral. A nosotros nos gustan los cultivos de caña y toda mi familia ha sido cañicultora. Yo nací sobre el dulce de la caña.

Señor Jesús:
Este es nuestro amado trapiche, ya quedan pocos como él.

Señor Jesús:
A pesar de que la pobreza y el conflicto armado nos han afectado en diferentes momentos, acá seguimos amando la caña.
Por aquí nos desplazamos muchas personas y dejamos esto solo, pero retornamos.

Hace 15 años volvimos a procesar la caña de azúcar para la miel, la jalea, la panela de coco. Dependiendo del tiempo, nos demoramos un día haciendo estos productos, moliendo todo un día, dándole hasta la noche. Nosotros amamos tanto esta tierra que hasta canciones le componemos, como la que hizo Renzo Rodríguez Niño y que canta Edinson Hurtado, es inédita, se llama «Cañaveral del alma».

Fragmento de la canción:

Existe una población en la costa colombiana,
donde su gente es muy buena y Cañaveral se llama.
A orillas del mameyal, tierra de compositores,
donde el talento se inspira para que broten canciones.
Recta del pital, nostalgia siento al llegar
con el ruido del trapiche me dan ganas de llorar.
De aquellas peleas de gallos, viajando hasta Cartagena,
con el bollo de maíz biche y la carga de panela.

Breiner y José

Mira ‘pri’, nosotros también queremos componer una canción. Esto nos ayuda a seguir haciendo música basados en las cosas que conocemos hoy, pero debemos aprender la historia de nuestro corregimiento primero.

Memorias del trapiche es un homenaje a nuestra tierra, esa que siguió adelante a pesar de lo agria y amarga que es la guerra. Es una tierra pujante y trabajadora, que se mueve desde sus tradiciones, sin dejar morir nuestros recuerdos y memorias.

• una historia dulce sobre cañaveral •

El 15 de julio de 1994, Cañaveral, corregimiento de Turbaco, entró en la historia de la paz en Colombia cuando el Frente Francisco Garnica del Ejército Popular de Liberación (EPL) hizo entrega de sus armas en la cancha del corregimiento. Ese día, Cañaveral fue noticia nacional y hoy les queremos contar esta historia poco conocida, desde la mirada de los jóvenes del pueblo.

• Parte 1 •

Descubrimientos

Eran las 5:00 p. m., un viernes de 2021, en la Institución Educativa de Cañaveral Sede Primaria, la cual se ubica en Cañaveral, corregimiento de Turbaco, Bolívar.

Profesora:
Bueno, niños y niñas, recuerden la tarea: busquen toda la información que puedan sobre Cañaveral, ¿por qué se llama así?, ¿cuándo fue fundado?, todo lo que puedan. Esto es para el lunes.

Profesora:
No olviden que esta tarea es muy importante para pasar el año.

José:
Menos mal ya se acabó la clase. Vamos a la sala de internet del pueblo a grabar la última canción, la próxima sí nos quedamos jugando fútbol.

Breiner:
Sí, me parece bien, pero vamos por la otra calle ‘man’, para no pasar por mi casa. Ajá, ya tú sabes que enseguida me guardan.

Breiner:
Vamos a la sala de internet en la calle Los Olivos, esa tiene los mejores programas para mezclar música y tú sabes que allá nos fían las horas de internet.

Andre, hola, habilítanos un computador rápido antes que se nos olvide la canción que queremos grabar.

Paula:
¡Breiner! Yo sabía que te iba a encontrar acá. Me mandaron a buscarte porque te dejaron una tarea sobre la historia de Cañaveral y, como eres de descuidado, seguro la dejas pal domingo a última hora y nos toca a todos correr con eso.

Paula, la hermana de Breider, se sienta junto con los dos jóvenes, quienes no tienen más remedio que abandonar la idea de grabar su canción y empezar a buscar en internet sobre la historia de Cañaveral.
En su búsqueda, encuentran que en 1994 hubo un proceso de desmovilización en el corregimiento, pero no hay mucha información. De igual manera, sorprendidos los dos jóvenes, ven que algunas notas hablan sobre los «trapiches», artefactos para procesar la caña, los cuales ya no se encuentran muchos en el corregimiento. Extrañados, deciden averiguar más y Paula los lleva donde la señora Ana Zambrano, el señor Clemenso Martínez, don Fermín Rodríguez y Rufino Vega, personas mayores de la comunidad que los pueden ayudar a resolver sus dudas sobre estas noticias que encontraron y así conocer más sobre su corregimiento.

• Parte 2 •

Memorias invisibles

Paula:
‘Seño’ Ana, buenas tardes. Muchas gracias por querer hablar con nosotros. Usted es muy importante para esta comunidad y queremos preguntarle sobre unas noticias que descubrimos acerca del corregimiento.

‘Seño’ Ana:
Ajá ‘pelaos’, yo amo este pueblo, su agricultura, la caña, el bollo… mejor dicho, todo lo de acá. Esto es muy sano, así que, en todo lo que pueda ayudar, siempre estoy dispuesta.

Muchas gracias ‘seño’ Ana. Estamos haciendo una tarea sobre la historia de Cañaveral y queremos que usted nos cuente varias cosas.

‘Seño’ Ana:
¡Claro! Si yo les contara, por ejemplo, sobre los trapiches…

Breiner: ¿Los trapiches?

José: Sí, queremos que nos cuente sobre ellos, por favor, no los conocemos.

‘Seño’ Ana:
¡Ay, estos ‘pelaos’ de ahora! En los trapiches se hacía panela, melcocha, guarapo, batido, se cortaba la caña. Era una fuente de trabajo muy importante en la región. Sin embargo, poco a poco los trapiches fueron abandonados porque las familias fueron desplazadas de sus fincas por la violencia.

Breiner:
¿Qué pasó? ¿qué fue eso de la violencia, ‘seño’ Ana?

José:
Encontramos pocas cosas sobre el proceso de desmovilización.

Hubo una desmovilización de un grupo guerrillero. La entrega de armas se hizo en la cancha de sófbol en 1994.
Luego de esto, en el pueblo empezaron a aparecer personas muertas. Llegaron grupos armados ilegales, no sabemos por qué. Era muy feo, algunas personas quedamos prisioneras en nuestras propias casas por el miedo a salir. Nosotros perdimos a un familiar… lo asesinaron. A otros los desplazaron. Ojalá esa violencia no se vuelva a vivir.

Vean, tengo estos recortes de prensa sobre el proceso de desmovilización y una parte del acuerdo de paz que conservo como recuerdo.

El Francisco Garnica dejará las armas. (Agosto 22, 1994). El Colombiano. https://bit.ly/3yPbGNa

El Francisco Garnica dejará las armas. (Agosto 22, 1994). El Colombiano. https://bit.ly/3yPbGNa

Gobierno Nacional y Frente Garnica de la Coordinadora Guerrillera. (Junio 30, 1994). Frente Francisco Garnica [fragmento]. https://bit.ly/3s4hBtY

Gobierno Nacional y Frente Garnica de la Coordinadora Guerrillera. (Junio 30, 1994). Frente Francisco Garnica [fragmento]. https://bit.ly/3s4hBtY

Paula:
Muchas gracias, ‘seño’ Ana, por contarnos estas dos historias que no conocíamos.
Estos documentos son muy importantes y su memoria es muy valiosa.
Lastimosamente, ya se hace tarde y debo llevar a estos ‘pelaos’ a la casa. Mañana los voy a llevar a recorrer los trapiches que aún quedan en el corregimiento. Es importante que conozcamos bien esa historia del pueblo y por qué algunos de los trapiches fueron abandonados por el desplazamiento forzado.

Algunos pobladores de Cañaveral, en entrevistas con los líderes de la iniciativa de memoria, indican que existían más de 80 trapiches en todo el territorio, pero, por diferentes causas, entre ellas el abandono a raíz del deslazamiento, algunos fueron descuidados o puestos en venta por sus propietarios. Actualmente, en Cañaveral existen cuatro que se niegan a su desaparición. Allí aún se hacen productos a base de caña y se recuerda, entre conversaciones y dulces recuerdos, la historia de Cañaveral.

• Parte 3 •

Dulce memoria

8:00 a. m. del día siguiente, en calles de Cañaveral…
Paula le dice a José y Breiner:
Bueno pelaos, vamos a salir del pueblo, vamos a caminar por las veredas para conocer los últimos trapiches de Cañaveral.

Breiner y José:
Estas carreteras deben tener más huecos y barro que caminar sobre la luna.

Paula:
Vean ‘pelaos’, allá está la finca pa’ donde vamos. Es una de las que aún tiene trapiches.

Paula:
Buenas, buenas. Queremos hablar con el señor Jesús. Nos dicen que acá encontramos uno de los últimos trapiches que hay en Cañaveral.

Señor Jesús:
Sí claro, niña, soy yo.
Tengo 71 años y nací en esta tierra que tanto amo. Aquí me crie y siempre he sido de Cañaveral. A nosotros nos gustan los cultivos de caña y toda mi familia ha sido cañicultora. Yo nací sobre el dulce de la caña.

Señor Jesús:
Este es nuestro amado trapiche, ya quedan pocos como él.

Señor Jesús:
A pesar de que la pobreza y el conflicto armado nos han afectado en diferentes momentos, acá seguimos amando la caña.
Por aquí nos desplazamos muchas personas y dejamos esto solo, pero retornamos.

Hace 15 años volvimos a procesar la caña de azúcar para la miel, la jalea, la panela de coco. Dependiendo del tiempo, nos demoramos un día haciendo estos productos, moliendo todo un día, dándole hasta la noche. Nosotros amamos tanto esta tierra que hasta canciones le componemos, como la que hizo Renzo Rodríguez Niño y que canta Edinson Hurtado, es inédita, se llama «Cañaveral del alma».

Fragmento de la canción:

Existe una población en la costa colombiana,
donde su gente es muy buena y Cañaveral se llama.
A orillas del mameyal, tierra de compositores,
donde el talento se inspira para que broten canciones.
Recta del pital, nostalgia siento al llegar
con el ruido del trapiche me dan ganas de llorar.
De aquellas peleas de gallos, viajando hasta Cartagena,
con el bollo de maíz biche y la carga de panela.

Breiner y José
Mira ‘pri’, nosotros también queremos componer una canción. Esto nos ayuda a seguir haciendo música basados en las cosas que conocemos hoy, pero debemos aprender la historia de nuestro corregimiento primero.

Memorias del trapiche es un homenaje a nuestra tierra, esa que siguió adelante a pesar de lo agria y amarga que es la guerra. Es una tierra pujante y trabajadora, que se mueve desde sus tradiciones, sin dejar morir nuestros recuerdos y memorias.