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Capítulo 2. Surgimiento y trayectoria

El segundo capítulo del informe explica el origen y la trayectoria de los grupos paramilitares en el Urabá antioqueño, el sur de Córdoba, el Bajo Atrato y el Darién. El capítulo está dividido en dos apartados. El primero habla sobre las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá y, el segundo, sobre las Autodefensas Unidas de Colombia. Este último apartado tiene tres secciones diferentes correspondientes a las de los bloques Élmer Cárdenas, Bananero y Héroes de Tolová. Cada sección indaga por el origen, los altos mandos, la presencia territorial y la expansión de cada grupo. Una última sección está dedicada a indagar por los grupos de fuerzas especiales de las AUC, las redes de comunicaciones y el Bloque Noroccidente Antioqueño, el cual operó en conjunción con el Bloque Élmer Cárdenas. El segundo capítulo inicia con la historia de las ACCU, la estructura que nace bajo la batuta de la Casa Castaño.

Las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá, mejor conocidas como las ACCU, nacen a finales de 1994. Desde la Casa Castaño, de los hermanos Fidel, Vicente y Carlos Castaño, se dio origen a esta organización paramilitar, que causó el sufrimiento de miles de pobladores en Antioquia, Córdoba y Chocó. Su creación no fue algo espontáneo. Fidel Castaño en los 80 conformó y lideró estructuras armadas con el fin de vengar el asesinato de su padre y defender sus negocios de narcotráfico, proteger sus tierras y hacerse de otras por vías legales e ilegales. Las ACCU nacen de la culminación de un proyecto paramilitar que recogió actores de otras guerras que de años atrás se venían dando en la región. Además de los hombres de Fidel, la Casa Castaño cooptó o eliminó exguerrilleros de las FARC y del EPL, bandas criminales al servicio del narcotráfico y estructuras de seguridad privadas para crear las ACCU. A Fidel Castaño lo mataron en 1994. Pero tras su muerte, Vicente y Carlos Castaño recogieron su legado, y con las ACCU y, más tarde, con las Autodefensas Unidas de Colombia, les dieron vida a estos ejércitos de la muerte.

Elaboración propia DAV-CNMH a partir del procesamiento de información primaria y secundaria.
Elaboración propia DAV-CNMH a partir del procesamiento de información primaria y secundaria.

[“Y entonces en Urabá empieza ese fortalecimiento que tenían en el norte y que tiene como una base de apoyo en toda esa presencia de esos pequeños ejércitos que tenían los narcotraficantes. De ahí empiezan a irrumpir primero hacia Necoclí, luego bajan a Turbo y de ahí se meten al Eje Bananero, después al Atrato y ya logran como toda esa labor de presencia en toda la zona de Urabá, que va a culminar más o menos para 1997”]

Así es como Mario Agudelo Vásquez, exalcalde de Apartadó y exdiputado de Antioquia, describe el proceso de expansión y consolidación de las ACCU en el periodo de 1994 y 1997. El casi absoluto control que llegaron a tener las ACCU en el norte de Urabá y el Eje Bananero, en una región que por años estuvo dominada en su mayor parte por la guerrilla, fue fruto de una estrategia que requirió la atención de varios frentes de ataque y la incorporación de toda una variedad de actores armados y población civil. Las ACCU buscaron en sus inicios controlar el Eje Bananero y la salida al mar en Urabá. Eliminar la guerrilla, traficar drogas y poder adquirir terrenos para ganadería, producción de banano y otro tipo de cultivos, hicieron del control de esta zona el objetivo principal de los paramilitares.

La estrategia de las ACCU para tomarse el Urabá empezó con el control del extremo norte del departamento de Antioquia. Los triángulos verde, azul y rojo del mapa que acompaña a este audio señalan tres zonas distintas en el avance de las ACCU. El triángulo verde representa la zona delimitada entre las fincas La 35 y Las Tangas y la cabecera municipal de Arboletes. El triángulo azul es la zona que se enmarca entre la finca La 35, Arboletes y el extremo noroccidental del municipio de Necoclí. El triángulo rojo encierra la zona de Las Tulapas con las fincas La 35 y la 24 como puntos centrales en los límites de esta cobertura.

El dominio de los hermanos Castaño sobre el sector identificado con el triángulo verde había iniciado ya en la década de los 80. La adquisición ilegal de Fidel Castaño de la finca Las Tangas y el control que tenía sobre pequeños grupos paramilitares que orbitaban ese terreno había sido el punto de partida. Pero la verdadera estrategia de expansión de las ACCU tuvo su núcleo en un lugar en especial: la finca La 35. Desde los inicios de las ACCU, operó allí una base y, al mismo tiempo, una escuela de instrucción militar, conocida como la ECA o Acuarela. La 35 fue, desde los inicios de las ACCU, el lugar de formación de la mayoría de combatientes que operaron no solo en Urabá, sino también en otras zonas del país. Y fue allí el lugar desde donde las ACCU sentaron un punto militar estratégico sobre el que se basaría su expansión hacia la región de Arboletes, San Juan de Urabá, y Necoclí, y hacia la región de Tulapas. Como se puede ver en el mapa, la 35 fue el centro de toda la estrategia de expansión.

Ubicada en la vereda El Tomate, la finca La 35 ofrecía varias ventajas para las ACCU. Desde La 35, los paramilitares controlaban el punto geográfico en el que se unen los municipios de San Pedro de Urabá, Arboletes, Necoclí y Turbo. Desde allí podían enviar tropas a los cuatro municipios y controlar el golfo y el litoral hacia el norte. Con los grupos de los Güelengues y la 70, las estructuras primigenias de las ACCU que operaron en el sector identificado con el triángulo azul, los paramilitares se enfrentaron a la guerrilla a sangre y fuego para expulsarla de la zona. La 35 fue una base esencial en esta lucha contrainsurgente. Por otra parte, La 35 era una de las entradas a Tulapas, una región que fue bastión histórico de las guerrillas del EPL y de las Farc antes de la llegada de las ACCU. El despojo de tierras, por parte de los paramilitares en esta región, no tuvo límites. A sangre y fuego, las ACCU no solo expulsaron a la guerrilla de la región, sino también a la población civil con el fin de quedarse con sus tierras. El despojo de tierras fue uno de los métodos principales que usó las ACCU para controlar el sector señalado con el triángulo rojo en el mapa que acompaña este audio.

Con el control del norte de Urabá, Necoclí y Las Tulapas, las ACCU ingresaron al Eje Bananero. Su estrategia consistió en cooptar a los Comandos Populares, un grupo de exguerrilleros del EPL que después de su desmovilización se convirtieron objetivo militar de las Farc. Para 1994, los Comandos controlaban Turbo, Apartadó, Carepa y Chigorodó. Para este mismo año, se aliaron con los paramilitares con el fin de defenderse de las Farc. El Frente Turbo surgió de esta estrategia y estuvo comandada por Éver Veloz, alias HH. Un año más tarde, en 1996, se conformaría otro frente, el Árlex Hurtado, comandado por Raúl Hasbún, alias Pedro Bonito. El origen de este frente estuvo muy ligado a la creación de algunas Convivir que Hasbún había gestionado previamente con el apoyo de la Casa Castaño. Hasbún se ubicó en algunos municipios que antes ocupaba el frente de HH y el frente de HH pasó a controlar una extensa parte del nororiente de Turbo. La conjunción de ambos frentes fue lo que se presentó en la desmovilización como el Bloque Bananero.

La entrada de las ACCU al departamento del Chocó se da en 1996. Acandí y Unguía fueron los primeros municipios adonde llegaron los paramilitares. Los combatientes que llegaron al Chocó provenían del grupo de la 70. El 10 de febrero de 1996, luego de haber cometido una masacre en Acandí a finales del 95, incursionan en Unguía. Paramilitares pertenecientes a los grupos de Elías 44, Raúl Hasbún, el Frente Turbo y la Casa Castaño también hicieron parte de esta primera operación. Freddy Rendón Herrera, alias El Alemán, quien se convertiría tiempo después en el jefe del Bloque Élmer Cárdenas, participó en estos operativos como mando de la estructura paramilitar que ingresa al departamento del Chocó. En diciembre de 1996, en coordinación con el Ejército y la Policía, el grupo Chocó, como sería conocida la estructura para esta época, incursiona en Riosucio. El objetivo era claro: consolidar la presencia de las ACCU en los territorios del bajo y medio Atrato y el Darién. El grupo Chocó se convertiría más adelante en el Bloque Élmer Cárdenas.

El proyecto de la Casa Castaño no se limitó, sin embargo, a implantar el paramilitarismo en Antioquia, Córdoba y Chocó. El 18 de abril de 1997, las ACCU, bajo el liderazgo de Carlos Castaño, sellan una alianza con líderes paramilitares de otras regiones del país que da origen a las AUC. El modelo paramilitar de la Casa Castaño pasaría así a tener un alcance nacional. Las AUC también permitirían fortalecer a las ACCU en términos militares. Tras la creación de las AUC, las ACCU adoptarían cambios en su organización interna y además crecerían en número de combatientes. Fue bajo esta nueva lógica organizacional que surgieron los bloques Élmer Cárdenas, Bananero y Héroes de Tolová.

Elaboración propia DAV-CNMH a partir del procesamiento de información primaria y secundaria.
Elaboración propia DAV-CNMH a partir del procesamiento de información primaria y secundaria.

     El Bloque Élmer Cárdenas fue la estructura que controló los frentes de las ACCU ubicados en el norte de Urabá, el Bajo Atrato y el Darién. El Grupo Chocó, el que inicialmente incursionó en estas regiones, se expandió con el tiempo para convertirse en este bloque paramilitar. El nombre de la estructura es un homenaje a Élmer Cárdenas, alias El Cabezón, comandante del Grupo Chocó y que fue dado de baja en combate con las FARC en 1997. El Alemán sale del país tras la muerte de El Cabezón y regresa un año más tarde a reorganizar la estructura. El Bloque Élmer Cárdenas se crea entonces en octubre de 1998 y fue comandado por El Alemán hasta su desmovilización. El Élmer Cárdenas fue un bloque con una estructura colosal. De contar entre sus filas con no más de 40 personas en 1996, la estructura llegó a tener más de 1500 personas cuando se desmovilizó en 2006. Sin duda, este fue uno de los grupos con mayor número de combatientes y territorios controlados. 50 municipios de 6 departamentos llegaron a estar bajo el control de la estructura. El segundo capítulo habla en detalle sobre cómo fue la expansión del Bloque Élmer Cárdenas.

¿Existió el Bloque Bananero? Varios relatos de desmovilizados señalan algo que en un principio puede sonar paradójico: el verdadero origen del Bloque Bananero fue su desmovilización. Esta afirmación tiene más sentido si se tiene en cuenta que el proceso de desmovilización de los paramilitares tuvo muchas irregularidades. Una de ellas fue que los paramilitares entregaron información falseada con el fin de que algunos comandantes obtuvieran más beneficios cuando se desmovilizaran. También manipularon la información con el fin de parecer más fuertes de lo que verdaderamente eran y tener más capacidad de negociación frente al Gobierno. El Bloque Bananero es el producto de estas estrategias. Varios testimonios de desmovilizados recogidos en el segundo capítulo aseguran que el Bloque Bananero nunca existió, a menos no como una organización única que operaba bajo un mismo mando centralizado. Lo que hubo en su lugar fueron dos grupos, comandados por Éver Veloza, alias HH, y Raúl Hasbún, alias Pedro Bonito, que controlaban el territorio como estructuras independientes entre sí. El grupo de HH fue el frente Turbo, y el de Hasbún, el frente Árlex Hurtado, que realizó operaciones de apoyo al BEC en regiones diferentes al Eje Bananero. La sección sobre el Bloque Bananero es la historia de la trayectoria de estos dos grupos.

Elaboración propia DAV-CNMH a partir del procesamiento de información primaria y secundaria.
Elaboración propia DAV-CNMH a partir del procesamiento de información primaria y secundaria.

El Bloque Héroes de Tolová fue una estructura que tenía como uno de sus principales propósitos el tráfico de drogas. No es casualidad que el comandante máximo del bloque fuera Diego Fernando Murillo Bejarano, alias Don Berna, una figura central en la historia del narcotráfico en Colombia. El carácter contrainsurgente del Héroes de Tolová estuvo supeditado a intereses de controlar el narcotráfico. A diferencia de los otros bloques, la estructura encabezada por Don Berna no tuvo avances significativos en su expansión. Su territorio fueron principalmente los municipios de Valencia y parte de Tierralta. Y esto se explica por una razón: sus intereses estaban enfocados en cuidar los cultivos de coca y en asegurar las rutas para la salida de drogas por el golfo de Urabá. Varios relatos del mecanismo dan cuenta de que buena parte de las actividades que realizaban en el bloque era el cuidado de cultivos ilícitos.

Galería de imágenes

Mapas: Dinámica de expansión territorial de las estructuras paramilitares.

Elaboración propia DAV-CNMH a partir del procesamiento de información primaria y secundaria.
Elaboración propia DAV-CNMH a partir del procesamiento de información primaria y secundaria.

Como se identifica en el mapa la estrategia de las ACCU para tomarse el Urabá empezó con el control del extremo norte del departamento de Antioquia. Los triángulos verde, azul y rojo del mapa señalan tres zonas distintas en el avance de las ACCU. El triángulo verde representa la zona delimitada entre las fincas La 35 y Las Tangas y la cabecera municipal de Arboletes. El triángulo azul es la zona que se enmarca entre la finca La 35, Arboletes y el extremo noroccidental del municipio de Necoclí. El triángulo rojo encierra la zona de Las Tulapas con las fincas La 35 y la 24 como puntos centrales en los límites de esta cobertura. Con los grupos de los Güelengues y la 70, las estructuras primigenias de las ACCU que operaron en el sector identificado con el triángulo azul, los paramilitares se enfrentaron a la guerrilla a sangre y fuego para expulsarla de la zona. Una vez controlaron el norte de Urabá, Necoclí y la región de Las Tulapas, las ACCU ingresaron al Eje Bananero. Su estrategia consistió en cooptar a los Comandos Populares, exguerrilleros del EPL que estaban en la zona para 1994. Los grupos que operaron aquí luego se convertirían en lo que se conoció como el Bloque Bananero. Por su parte, la entrada de las ACCU al departamento del Chocó se da en 1996. Acandí y Unguía fueron los primeros municipios adonde llegaron los paramilitares. Los combatientes que llegaron al Chocó provenían del grupo de la 70, el mismo con el que las ACCU controlaron el norte de Urabá. La estructura que controlaría esta región sería la que se conocería como el Bloque Élmer Cárdenas.

Fuente mapa: Elaboración propia DAV-CNMH

Elaboración propia DAV-CNMH a partir del procesamiento de información primaria y secundaria.
Elaboración propia DAV-CNMH a partir del procesamiento de información primaria y secundaria.

La estrategia de expansión de las ACCU tuvo su núcleo en la finca La 35. Desde los inicios de las ACCU, operó allí una base y, al mismo tiempo, una escuela de instrucción militar, conocida como la ECA o Acuarela. La 35 fue, desde los inicios de las ACCU, el lugar de formación de la mayoría de combatientes que operaron no solo en Urabá, sino también en otras zonas del país. Y fue allí el lugar desde donde las ACCU sentaron un punto militar estratégico sobre el que se basaría su expansión hacia la región de Arboletes, San Juan de Urabá, y Necoclí, y hacia la región de Tulapas. Como se puede ver en el mapa, la 35 fue el centro de toda la estrategia de expansión. Las otras escuelas que crearon las ACCU, como El Roble, La barracuda, El Mapanao, El Guayabito y La Nivel, siguieron el modelo de La 35 que fue instaurado por Carlos Mauricio García, alias Doble Cero, un exmilitar que se unió a los Castaño desde la década de los 80. Las escuelas fueron conocidas por las prácticas violentas y crueles que en ellas se llevaban a cabo. Los paramilitares contaron también con dispensarios para atender heridos y enfermos, como el de El Clavellino y el de El Parque, y con bases políticas desde las cuales llevaron a cabo estrategias para expandir su control no solo en la parte militar, sino en el campo político.

Elaboración propia DAV-CNMH a partir del procesamiento de información primaria y secundaria.
Elaboración propia DAV-CNMH a partir del procesamiento de información primaria y secundaria.

El ingreso de las ACCU al Eje Bananero se dio con la cooptación de los Comandos Populares, un grupo de exguerrilleros del EPL que después de su desmovilización se convirtieron objetivo militar de las Farc. Para 1994, los Comandos controlaban Turbo, Apartadó, Carepa y Chigorodó. Para este mismo año, se aliaron con los paramilitares con el fin de defenderse de las Farc. El Frente Turbo surgió de esta estrategia y estuvo comandada por Éver Veloz, alias HH. Un año más tarde, en 1996, se conformaría otro frente, el Árlex Hurtado, comandado por Raúl Hasbún, alias Pedro Bonito. El origen de este frente estuvo muy ligado a la creación de algunas Convivir que Hasbún había gestionado previamente con el apoyo de la Casa Castaño. Hasbún se ubicó en algunos municipios que antes ocupaba el frente de HH y el frente de HH pasó a controlar una extensa parte del nororiente de Turbo. El frente Árlex Hurtado también participó en operaciones conjuntas con el bloque Élmer Cárdenas, en las regiones del Chocó y noroccidente antioqueño, o en operaciones conjuntas con el Héroes de Tolová, en Valencia y Tierralta. La conjunción de los frentes de HH y Hasbún fue lo que se presentó en la desmovilización como el Bloque Bananero.

Elaboración propia DAV-CNMH a partir del procesamiento de información primaria y secundaria.
Elaboración propia DAV-CNMH a partir del procesamiento de información primaria y secundaria.

El Bloque Élmer Cárdenas fue la estructura que controló los frentes de las ACCU ubicados en el norte de Urabá, el Bajo Atrato y el Darién. El Grupo Chocó, el que inicialmente incursionó en estas regiones, se expandió con el tiempo para convertirse en este bloque paramilitar. El nombre de la estructura es un homenaje a Élmer Cárdenas, alias El Cabezón, comandante del Grupo Chocó y que fue dado de baja en combate con las FARC en 1997. El Bloque Élmer Cárdenas se crea en octubre de 1998 y fue comandado por Fredy Rendón Herrera, alias El Alemán, desde su origen hasta su desmovilización. El Élmer Cárdenas fue un bloque con una estructura colosal. De pasar de tener no más de 40 personas en 1996, la estructura llegó a contar con más de 1500 personas entre sus filas cuando se desmovilizó en 2006. Sin duda, este fue uno de los grupos con mayor número de combatientes y territorios controlados. 50 municipios de 6 departamentos llegaron a estar bajo el control de la estructura. El segundo capítulo habla en detalle sobre cómo fue la expansión del Bloque Élmer Cárdenas.

Elaboración propia DAV-CNMH a partir del procesamiento de información primaria y secundaria.
Elaboración propia DAV-CNMH a partir del procesamiento de información primaria y secundaria.

Varios excomandantes del Bloque Élmer Cárdenas aseguran que el grupo tuvo cinco frentes permanentes. El frente Costanero, el primero en crearse en 1999, operó en la costa del norte del Urabá antioqueño y cordobés. Los frentes Norte Medio Salaquí y Pavarandó hicieron presencia en las regiones del Bajo y Medio Atrato y el Darién desde 2001 y 2002. El frente Dabeiba Gabriela White se creó en 2001 para establecerse en la región antioqueña de Mutatá, Peque y Frontino. Y, por último, el frente Tanela, desde 2004, tuvo bajo control los municipios del extremo norte del Chocó. Además de estas estructuras, el Bloque Élmer Cárdenas contó con dos frentes temporales: el Héroes de Boyacá y el Julián Castro, los cuales operaron en municipios de Santander, Boyacá y Cundinamarca.

Fuente mapa: Elaboración propia DAV-CNMH

Elaboración propia DAV-CNMH a partir del procesamiento de información primaria y secundaria.
Elaboración propia DAV-CNMH a partir del procesamiento de información primaria y secundaria.

El Bloque Héroes de Tolová fue una estructura que tenía como uno de sus principales propósitos el tráfico de drogas. No es casualidad que el comandante máximo del bloque fuera Diego Fernando Murillo Bejarano, alias Don Berna, una figura central en la historia del narcotráfico en Colombia. El carácter contrainsurgente del Héroes de Tolová estuvo supeditado a intereses de controlar el narcotráfico. A diferencia de los otros bloques, la estructura encabezada por Don Berna no tuvo avances significativos en su expansión. Su territorio fueron principalmente los municipios de Valencia y parte de Tierralta. Y esto se explica por una razón: sus intereses estaban enfocados en cuidar los cultivos de coca y en asegurar las rutas para la salida de drogas por el golfo de Urabá. Varios relatos de desmovilizados indican que buena parte de las actividades que realizaban en el bloque era el cuidado de cultivos ilícitos.